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Sumario

"Queridísimos hermanos: con la ayuda de Cristo, hoy celebramos con júbilo y alegría el día del nacimiento de este templo; pero nosotros mismos hemos de ser templo vivo y verdadero de Dios. Con toda justicia el pueblo cristiano celebra fielmente la solemnidad de la madre Iglesia, ya que por medio de ella se sabe renacido espiritualmente. Pues quienes por el primer nacimiento fuimos vasos de la ira de Dios, por el segundo merecimos ser constituidos en vasos de misericordia. En efecto, la primera natividad nos engendró para la muerte, mientras que la segunda nos devolvió a la vida.


Todos nosotros, queridísimos, antes del bautismo fuimos templos del diablo; después del Bautismo merecimos ser templos de Cristo. Y si pensamos atentamente sobre la salvación de nuestra alma, conoceremos que somos un templo vivo y verdadero de Dios. No habita Dios en casas hechas por mano de hombre, ni en casa construida de maderas y piedras; sino principalmente en el alma hecha a imagen de Dios, y edificada por la mano del mismo artífice. Pues así dijo el bienaventurado Apóstol: santo es el templo de Dios, que sois vosotros.


Los templos se levantan con maderas y sillares, para que allí se congreguen los templos vivos de Dios, y así acudan al templo de Dios: un cristiano es un templo de Dios, y muchos cristianos constituyen muchos templos de Dios. Así pues, hermanos, ved cuán hermoso es el templo que se edifica de los templos. Y del mismo modo que muchos miembros forman un solo cuerpo, muchos templos forman un solo templo. Pero estos templos de Cristo, es decir, las almas santas de los cristianos, estándispersos por todo el mundo: cuando llegue el día del juicio se congregarán todos, y en la vida eterna harán un solo templo. Al igual que muchos miembros de Cristo forman un solo cuerpo ytienen una sola cabeza, que es Cristo, así también aquellos templos tendrán el mismo habitante, Cristo; porque somos miembros de Aquel mismo que es nuestra cabeza.


Por eso dice el Apóstol: que en el interior del hombre, por la fe, habite Cristo en vuestros corazones. Alegrémonos, porque merecimos ser templos de Dios; pero temamos, no sea que profanemos el templo de Dios con malas obras. Temamos lo que dice el Apóstol: si alguien profanare el templo de Dios, Dios le perderá a él. Pues Dios, quepudo crear sin ningún trabajo el cielo y la tierra con la palabra de su poder, se digna habitar en ti; y por ello debes obrar de talmanera que no puedas ofender a tal habitante [...] Si deseas que la basílica sea luminosa, también Dios quiere que tu alma no permanezca en tinieblas sino que haga lo que el Señor dice, para que luzca en nosotros la luz de las buenas obras, y será glorificado Aquél que está en los cielos.... " (Templos de Dios - Sermón 229, 1-3).


El autor


Cesáreo de Arlés nació en Francia en la zona de Châlons-sur-Saône en el 470-471 de familia rica en virtudes, si no en bienes de fortuna. Cesáreo de Arlés no es un político, no es un literato, sino un monje, un apóstol, un santo.










  

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Exposicion del Apocalipsis de San Juan