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Sumario

La tumba encontrada vacía (Juan 20,1-10)


El primer día de la semana, muy de madrugada, siendo aún oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido quitada del sepulcro. Entonces corrió y fue a Simón Pedro y al otro discípulo a quien amaba Jesús, y les dijo: --Han sacado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde le han puesto. Salieron, pues, Pedro y el otro discípulo e iban al sepulcro.  Y los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó primero al sepulcro.  Y cuando se inclinó, vio que los lienzos habían quedado allí; sin embargo, no entró. Entonces llegó Simón Pedro siguiéndole, y entró en el sepulcro. Y vio los lienzos que habían quedado,  y el sudario que había estado sobre su cabeza, no puesto con los lienzos, sino doblado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó [...]



La aparición a María de Magdala (11-19)


[...] Mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro  y vio a dos disánía con vestiduras blancas que estaban sentados, el uno a la cabecera y el otro a los pies, donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.  Y ellos le dijeron: --Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: --Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. Habiendo dicho esto, se volvió hacia atrás y vio a Jesús de pie; pero no se daba cuenta de que era Jesús. Jesús le dijo: --Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que Él era el jardinero, le dijo: --Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. Jesús le dijo: --María... Volviéndose ella, le dijo en hebreo: --¡Raboni! --que quiere decir Maestro--. Jesús le dijo: --Suéltame, porque aún no he subido al Padre. Pero vé a mis hermanos y diles: "Yo subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" [...]



Las apariciones a los discípulos (20-29)


[...] Entonces Jesús les dijo otra vez: "¡Paz a vosotros! Como me ha enviado el Padre, así también yo os envío a vosotros." Habiendo dicho esto, sopló y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo. A los que remitáis los pecados, les han sido remitidos; y a quienes se los retengáis, les han sido retenidos." Pero Tomás, llamado Dídimo, uno de los doce, no estaba con ellos cuando vino Jesús [...] Luego dijo a Tomás: --Pon tu dedo aquí y mira mis manos; pon acá tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: --¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: --¿Porque me has visto, has creído? ¡Bienaventurados los que no ven y creen! Por cierto Jesús hizo muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro [...]

  

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El día de la ressurección