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Sumario

Hay en primer lugar las palabras de María a la Anunciación, cuando el ángel le anuncia que va a concebir unos hilos (Jesús):" --¿Cómo será esto? Porque yo no conozco varón y: --He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el disán se fue de ella" (Lucas 1, 33, 38).



Hay a continuación el borde del Magnificat cuando visita a su prima Isabel que es tan preñada Juan-Bautista:

"--Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la bajeza de su sierva. He aquí, pues, desde ahora me tendrán por bienaventurada todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho grandes cosas conmigo.

Su nombre es santo, y su misericordia es de generación en generación, para con los que le temen.
Hizo proezas con su brazo; esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
Quitó a los poderosos de sus tronos y levantó a los humildes. A los hambrientos sació de bienes y a los ricos los despidió vacíos. Ayudó a Israel su siervo, para acordarse de la misericordia, tal como habló a nuestros padres; a Abraham y a su descendencia para siempre" (Lucas 1, 46-55).

 

María interviene también a las bodas de Cana para decir a Jesús que las huéspedes van a carecer de vino. Jesús va entonces hacer su primer milagro sobre su intervnetion, y a cambiar el agua en un excelente vino: " --No tienen vino". y "--Haced todo lo que Él os diga" (Juan 2, 3-4).



Asombra a María de ver sus hijos entre los doctores del Templo, mientras que lo buscaba por todas partes con José: " --Hijo, ¿por qué has hecho así con nosotros? He aquí, tu padre y yo te buscábamos con angustia" (Lucas 2, 48).



María está también al pie de la cruz, luego con los disiples exactamente antes del Pentecostés, pero los evangelios constatan su presencia, sin informar de ninguna palabra por su parte.

  

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Las palabras de María en los Evangelios