La masacre del Inocentes está vinculada a la historia de los "Magos",
informada en el Evangelio según santo Mateo.
Según la tradición, conducidos por un astro, vienen a adorar el Cristo recién nacido. A su llegada en Jerusalén, se vuelven ante el rey Herodes y le piden dónde pueden encontrar al niño quien designan como el Mesías, futuro liberador del reino de Israel. Herodes afirma todo que ignore él pero, perturbado, pide a los magos volver de nuevo informarlo del lugar donde se encuentra el niño.
Guiados por el astro, llegan a Belén y ofrecen, a manera de presentes, el oro, el incienso y de la mirra. Luego, prevenidos por un sueño, no devuelven al palacio Herodes.
Temiendo perder su poder, Herodes decide matar a todos los recién nacidos de la región, masacre que se designa bajo el nombre de "masacre del Inocentes".
Para preservar al niño Jesús, se informó a José en sueño ir a Egipto con María y el niño.
Estos recién nacidos figuran todos los niños suprimidos por el aborto o el infanticida.
La Iglesia siempre ha condenado estos crímenes que están incluidos en el sexto mandiamento:"No cometerás homicidio" (Exodo 20, 13 y Deuteronomio 5, 17).
Se lee por ejemplo en el Didachè (hacia 100): "También esta dicho acerca de esto: que tu limosna sude en tus manos hasta que sepas a quién das. Segundo mandamiento de la doctrina: No mataras, no adulteraras, no corromperas a los menores, no fornicaras, no robaras, no practicaras la magia o la hechiceria, no mataras el hijo en el seno materno, ni quitaras la vida al recién nacido (2, 2).
El Concilio Vaticano II (1965) recuerda que "El aborto y el infanticidio son crímenes".
Pero no se debe juzgar nadie, ya que solo Dios es juez.
Por otra parte, Dios está dispuesto a perdonar.
Como el dice Pablo :" Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (Efesios 2, 4-5).
