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Matrimonio

¿Cómo podré expresar la felicidad de aquel matrimonio que ha sido contraído ante la Iglesia, reforzado por la oblación eucarística, sellado por la bendición, anunciado por los ángeles y ratificado por el Padre? Porque, en efecto, tampoco en la tierra los hijos se casan recta y justamente sin el consentimiento del padre. ¡Qué yugo el que une a dos fieles en una sola esperanza, en la misma observancia, en idéntica servidumbre! Son como hermanos y colaboradores, no hay distinción entre carne y espíritu. Más aún, son verdaderamente dos en una sola carne, y donde la carne es única, único es el espíritu. Juntos rezan, juntos se arrodillan, juntos practican el ayuno. Uno enseña al otro, uno honra al otro, uno sostiene al otro.


Unidos en la Iglesia de Dios, se encuentran también unidos en el banquete divino, unidos en las angustias, en las persecuciones, en los gozos. Ninguno tiene secretos con el otro, ninguno esquiva al otro, ninguno es gravoso para el otro. Libremente hacen visitas a los necesitados y sostienen a los indigentes. Las limosnas que reparten, no les son reprochadas por el otro; los sacrificios que cumplen no se les echan en cara, ni se les ponen dificultades para servir a Dios cada día con diligencia. No hacen furtivamente la señal de la cruz, ni las acciones de gracias son temerosas ni las bendiciones han de permanecer mudas. El canto de los salmos y de los himnos resuena a dos voces, y los dos entablan una competencia para cantar mejor a su Dios. Al ver y oír esto, Cristo se llena de gozo y envía sobre ellos su paz (Tertuliano , A la mujer, 9).


La concordia en el matrimonio


"Los hombres deben escuchar esto, y las mujeres también. Las mujeres, para que manifiesten su inclinación hacia su marido y no se opongan de ningún modo a su salvacion; los hombres, para que tengan mucha benevolencia hacia sus mujeres y actúen en al igual que si tenían con su esposa un único alma y, con ella, no forman que una única carne. Hay verdaderamente matrimonio cuando reina entre los esposos tal concordia. El vínculo es entonces muy estrecho y de esta forma están verdaderamente vinculados de amor [...] ellos deben formar ellos dos un único alma" (Juan Crisóstomo, Sobre la Génesis, 45).


Los autores


Tertuliano nació hacia 155 cerca de la ciudad actual de Túnez (Tunisia)). Entre 190 y 195, se convierte en el cristianismo mientras que estaba en Roma, sin duda edificado por la fuerza moral de los mártires cristianos. Denuncia las orgías paganas y la inmoralidad, prueba lo bien fundado del cristianismo y demuestra la inutilidad de las persecuciones: " la sangre de los mártires es el semen de los cristianos ".

Juan Crisóstomo vivió hacia 350-400. Es un obispo de Constantinopla (Estambul). Su nombre significa "boca de oro", ya que es un gran orador. Se persigue, ya que es fiel al Evangelio.

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Riquezas y felicidad del matrimonio cristiano