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Versiculos biblicos sobre la Trinidad
Sumario

Un solo Dios en tres personas: el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre (Jesucristo posee dos naturalezas, la divina y la humana).

 Algunos Trinitarios versiculos

El misterio central de la fe y de la vida cristiana es el misterio de la Santísima Trinidad. Los cristianos son bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Dios ha dejado huellas de su ser trinitario en la creación y en el Antiguo Testamento, pero la intimidad de su ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón humana e incluso a la fe de Israel, antes de la Encarnación del Hijo de Dios y del envío del Espíritu Santo. Este misterio ha sido revelado por Jesucristo, y es la fuente de todos los demás misterios.


La revelación de la Trinidad se produce en el momento del annonciation a María por la voz del ángel Gabriel: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios" (Lucas 1, 35). Somos entonces en presencia del Padre en los cielos, en presencia del Hijo en el pecho de María y del Espíritu Santo descendente del cielo sobre María.


La revelación de la Trinidad se produce también en el momento del bautismo de Jesús: el Santo Espíritu desciende como una paloma; y vino una voz del cielo: « Tú eres mi hijo; yo hoy te he engendrado" (Lucas 3, 22). La divinidad del Hijo es confirmada en el momento de la Transfiguración. Y vino una voz desde la nube, que decía: "Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle" (Lc 9,35).


Jesucristo nos revela que Dios es «Padre», no sólo en cuanto es Creador del universo y del hombre sino, sobre todo, porque engendra eternamente en su seno al Hijo, que es su Verbo, «resplandor de su gloria e impronta de su sustancia» (Hb 1, 3).


El Espíritu Santo es la tercera Persona de la Santísima Trinidad. Es Dios, uno e igual al Padre y al Hijo; «procede del Padre» (Jn 15, 26), que es principio sin principio y origen de toda la vida trinitaria. Y procede también del Hijo (Filioque), por el don eterno que el Padre hace al Hijo. El Espíritu Santo, enviado por el Padre y por el Hijo encarnado, guía a la Iglesia hasta el conocimiento de la «verdad plena» (Jn 16, 13).


La Iglesia expresa su fe trinitaria confesando un solo Dios en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las tres divinas Personas son un solo Dios porque cada una de ellas es idéntica a la plenitud de la única e indivisible naturaleza divina. Las tres son realmente distintas entre sí, por sus relaciones recíprocas: el Padre engendra al Hijo, el Hijo es engendrado por el Padre, el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.


Inseparables en su única sustancia, las divinas Personas son también inseparables en su obrar: la Trinidad tiene una sola y misma operación. Pero en el único obrar divino, cada Persona se hace presente según el modo que le es propio en la Trinidad. (Compendio)


  

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La Santísima Trinidad