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Sumario

[…] Entonces Pilato tomó a Jesús y le azotó. Los soldados entretejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Le vistieron con un manto de púrpura,  y venían hacia Él y le decían: --¡Viva el rey de los judíos! Y le daban de bofetadas. Pilato salió otra vez y les dijo: --He aquí, os lo traigo fuera, para que sepáis que no hallo ningún delito en Él. Entonces Jesús salió llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: --¡He aquí el hombre! Cuando le vieron los principales sacerdotes y los guardias, gritaron diciendo: --¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Les dijo Pilato: --Tomadlo vosotros y crucificadle, porque yo no hallo ningún delito en Él. Los judíos le respondieron: --Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley Él debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios [...]

  
 

Y con esto entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron pues a Jesús, y Él salió llevando su cruz hacia el lugar que se llama de la Calavera, y en hebreo Gólgota. Allí le crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús estaba en medio. Pilato escribió y puso sobre la cruz un letrero en el cual fue escrito: Jesus de Nazaret, rey de los Judios.



Entonces muchos de los judíos leyeron este letrero, porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el letrero estaba escrito en hebreo, en latín y en griego. Los principales sacerdotes de los judíos le decían a Pilato: --No escribas: "Rey de los judíos", sino: "Este dijo: 'Soy rey de los judíos.'" Pilato respondió: --Lo que he escrito, he escrito. Cuando los soldados crucificaron a Jesús, tomaron los vestidos de Él e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Además, tomaron la túnica, pero la túnica no tenía costura; era tejida entera de arriba abajo. Por esto dijeron uno a otro: --No la partamos; más bien echemos suertes sobre ella, para ver de quién será. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: Partieron entre sí mis vestidos y sobre mis vestiduras echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados.

 

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María esposa de Cleofas y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre y al discípulo a quien amaba, de pie junto a ella, dijo a su madre: --Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: --He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo se había consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo: --Tengo sed. Había allí una vasija llena de vinagre. Entonces pusieron en un hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca. Cuando Jesús recibió el vinagre, dijo: --¡Consumado es! Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.




  

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La Pasión (Juan 18-19)