"Padre nuestro que estás en los cielos". Cuando dice estas palabras, no te ponen en el espíritu que Dios no es de tierra; no creen que esté encerrado en un lugar donde se detiene todo contacto. Incluya más bien que es de origen celestial y que tu padre está en el cielo; esfuérzase de vivir santamente para mostrarte digna de tu Padre que es santo [...]
"Santificado sea tu nombre". Se nos llama de su raza, por lo tanto de su nombre. Por lo tanto piden que este Nombre, Santo en sí y por sí, esté santificado en nosotros. Es nuestro actuar que honra el nombre de Dios, son nuestros actos que el blasphèment [...]
"Venga tu reino". ¿hizo un momento en que Dios no haya reinado? Pedimos por lo tanto: que aquél que siempre ha reinado para sí mismo, reino manteniéndonos, para que nosotros también poder reinar en él [...]
"Sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra". Es el Reino de Dios cuando, al cielo y sobre tierra, no es más que una voluntad: la de Dios. Cuando en todos los hombres Dios es el alma, Dios vive, Dios actúa, Dios reino, Dios es todo [...]
"El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy ". [...] El Padre celestial exhorta a sus niños celestiales a reclamar el pan celestial. Él mismo dijo: "Mí soy el pan descendido del cielo" (Jn 6, 5 I). Es el pan siembrado en la Virgen, fermentado en la carne, hecho en el momento de la Pasión, cocina al horno del sepulcro. Ocultado en las iglesias, aportado sobre los altares, proporciona cada día fieles a la comida celestial.
"Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores". Tú mismo hombre, si no puede ser sin pecado y si quieren perdonarte, perdona siempre [...]
" Y no nos metas en tentación". Es que sobre esta tierra la vida misma es prueba o tentación. Trabajo dicho: "La vida del hombre es una prueba (Jb 7, 1). Ruegan a Dios para que no nos deje a nuestra libre decisión, sino que en cada uno de nuestros actos estemos retenidos por su bondad paternal [...]
"mas líbranos del mal". ¿De cuál malo? Del diablo desde luego, de que procede todo mal [...] (Sermón 67).
El autor : Pedro Chrysologo es obispo de Ravenne (Italia) a mediados del quinto siglo.
