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Sumario



"Después de esto, también rogamos por nuestros pecados con  estas palabras: «y perdónanos nuestras deudas, como nosotros  perdonamos a nuestros deudores» Tras el socorro del alimento se  pide el perdón del pecado, para que el que es alimentado por Dios  viva en Dios y no sólo mire por la vida presente y temporal, sino  por la eterna, a la que puede llegarse con tal que se perdonen los  pecados, que el Señor llama deudas, como dice en su evangelio: «Te perdoné todo el pecado porque me lo rogaste»


 ¡Cuán  ecesaria, cuán previsora y saludablemente somos avisados de que somos pecadores, que nos vemos obligados a rogar por nuestros pecados, para que, al pedir a Dios perdón, uno tenga conciencla de su pecado! Y para que nadie se pague de su inocencia y no se pierda por su ensoberbecimiento, se nos avisa y enseña que pecamos todos los días, por lo mismo que se manda orar todos los días por nuestros pecados. En fin, también Juan nos advierte en una de sus cartas de esta manera: «Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros. Mas, si reconociéremos nuestros pecados, el Señor es leal y justo para perdonarnos los pecados»



En esta carta ha incluido los dos extremos: que debemos rogar por los pecados y que, rogando, alcanzaremos el perdón. Por eso afirmó que Dios es fiel para perdonar los pecados y guarda la palabra de su promesa, porque quien nos enseñó a orar por nuestra deudas y pecados, prometió la misericordia de Padre y el perdón que le seguiría. Claramente añadió la ley (evangélica), para constreñir con una condición y promesa fija, que debemos pedir se nos perdonen las deudas en la medida que nosotros perdonamos a nuestros deudores, debiendo saber que no puede lograrse lo que pedimos por nuestros pecados si pecado contra nosotros. Por eso dice en otra parte: «Se os medirá con la misma medida con que hubiereis medido [...]" (Cypriano de Cartago, Sobree la oración dominical).



El autor


Como santo Agustino, San Cipriano es originario de África el Septentrional (actual Mahgreb). Cipriano, dijo el Papa, nació en Cartago y "se convirtió al cristianismo a los 35 años. Fue ordenado sacerdote y luego obispo". El santo afrontó también las primeras "dos persecuciones sancionadas por un edicto imperial, la de Decio (250) y la de Valeriano (257-258)", después de las cuales "muchos fieles abjuraron o no se comportaron bien frente a la prueba: eran los llamados "lapsi", es decir "caídos". Con los "lapsi", el obispo fue "severo pero no inflexible, dándoles la posibilidad del perdón tras una penitencia ejemplar". Cipriano fue también "muy humano y lleno de auténtico espíritu evangélico, exhortando a los cristianos a socorrer a los paganos durante la peste". Era "inamovible cuando se trataba de combatir las costumbres corruptas y los pecados que devastan la vida moral, sobre todo la avaricia".  El santo "escribió numerosos tratados y cartas, siempre ligados a su ministerio pastoral. Poco dado a la especulación teológica, escribía sobre todo para edificar a la comunidad y para el buen comportamiento de los fieles".Nació hacia 300 en Cartago cerca de la ciudad actual de Túnez.

  

Perdonan nuestros pecados (condone nuestras deudas)

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