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Exactamente antes de remontarse al cielo, Jesús resucitado dicho:
-- que era necesario que se cumpliesen todas estas cosas que están escritas de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos. [...] y así fue necesario que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día; y que en su nombre se predicase el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones -- (Lucas 24,44-47).
El día de Pentecostés del año 30, el Padre celestial envió al Santo-Espíritu que extendió sus dones sobre los discípulos (Hechos 2,1-4). Fueron entonces para anunciar el Evangelio, ya que Jesús dijo : -- Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo-- (Mateo 28,19-20).
Después de algunos días, Pedro dijo a los Gobernantes del peblo : --(Jesucristo) es la piedra rechazada por vosotros los edificadores, la cual ha llegado a ser cabeza del disiss. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos-- (Actas 4, 11-12).
Los principios de la Iglesia son contados en los Actas de los Apostoles, libro escribe por Lucas hacia 80. Hoy, la asamblea de los Cristianos (la Iglesia o el Pueblo de Dios) comprende cerca de 2 mil millones de bautizados. Son mujeres y hombres libres e iguales en dignidad.
Son llevados por una corriente de Vida donde cada uno da y recibe: la Comunión de los santos. Ejercen todos los oficios. Deben dar prueba de su fe y amar su próximo allí se encuentran, para que el Pueblo de Dios se extienda por todas partes y a todos los siglos.